viernes, 3 de septiembre de 2010

Doctor... creo que soy adicta al chocolate.

Me gusta blanco, negro y con leche. Todo junto.


Aunque creo que no es adicción, sino amor. ¿O son las dos cosas la misma?


¿No es cruel ser adicta a algo que te hace sufrir? Bueno, ya lo decían por ahí... russian roulette it´s not the same without a gun.


Creo que, simplemente, es mi primer amor.


Me encanta que cruja, cuando lo muerdo...y siempre sube a punto, como un soufflé.


Le gusta que juguemos con nata, ninguno de los dos se corta al lamer.


Relleno de naranja, me espera en casa para sorprenderme. Le quito el envoltorio y disfruto del amargo placer...


A veces los bombones también me pierden, un bocado aquí, otro allá...siempre los devoro con ansiedad, y se acaban tan pronto...pero yo quiero más.


Pero prefiero los bombones helados, ya sabe...cuando te sorprenden con él por detrás.


El almendrado es mi favorito...crujiente, frío y cremoso por dentro.

Me encanta hacer que se derrita...en mi boca.
Aún cuando hemos lamido lo suficiente, batido siempre resulta más estimulante.

Cuando me roza con la lengua sólo soy...fondue.












3 comentarios:

  1. Yo soy más de chocolate negro, me resulta menos empalagoso y más intenso, en formato helado con nata es una delicia,ajajja, pero cuidado, el placer consiste en no acostumbrarse a ello ;)

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  2. Uf,es mi gran debilidad y un inmenso placer para los sentidos.
    La indecisión hace que me quede con todos, desde el más dulce al más intenso...


    Una chocoadicta :P

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