lunes, 26 de julio de 2010
viernes, 23 de julio de 2010
Limpiando
Quedaba constantemente con hombres. Luego, se divertía contándole anécdotas de cómo éste trató de ligar con ella, de que fue a ver una peli a casa de tal otro... de que había salido de fiesta con su ex, de que había tenido que quitarse de encima a los amigos de su ex.
Sí, estaba decidida. Pero él no paraba de decirle que se dejase de estupideces. Que actuaba como una cría.
Ella seguía quedando con hombres a solas. Se iba de marcha con sus amigas, ligaba. Y él continuaba con esa actitud prepotente, diciéndole que era una niñata.
Y llegó el día en el que él le preguntó: ¿con cuántos tíos te has liado desde que estamos juntos?
La respuesta no importa. Un número sin importancia. Pero ella se pregunta, si lo que le dolió a él fue que no fuese sólo uno. ¿Qué le molestaba realmente? ¿No se suponía que mantenían una relación abierta? Así que realmente sientes algo por mí, dijo, sin poder evitar sentir cierta euforia por la meta conseguida.
Pero ya nada importaba, nada excepto la furia de él. Una furia sucia, que se le enredaba en la lengua y acababa en las lágrimas de ella.
Eres una zorra. ¿Cómo has podido hacerme esto?
Y ella no lo entiende. Sólo follaba para acallar sus sentimiendos, follaba a cada oportunidad que se le presentaba. Pero follaba pensando en él, y ninguno lo hacía como él. Follaba para él, para el único, para que la quisiese.
Y ahora sabe que la quiere, pero ya no folla con otros. Cada vez que él la llama puta, ella llora de frustración, y limpia su frustración fregando platos.
Cuando él la llama zorra, ella le hace la cama, dobla la ropa de su armario, limpia su alfombra.
¿Cuántas mujeres habrán calmado su dolor así, piensa?
Se siente tan culpable...guarda como tesoros esos pequeños gestos de cariño, esas tardes sin hacer nada, fumando y ebbiendo café, mientras él la hace reír. Guarda eso con un amor sin nombre. Cuando él la desprecia...friega, limpia su frustración.
Al principio, él también le echaba la bronca por limpiar. Pero ella siguió, y él dejó de incriminarla...al menos por eso.
Con el tiempo, ella limpiaba de foma obsesiva. Pero limpiando, purgaba sus males. Ponía música, cantaba, se desahogaba.
De vez en cuando, se derrumbaba su mundo (de cimientos débiles) y la cruda realidad la golpeaba. Pero no decía nada, y él la besaba, o cerraba la puerta del cuarto y la miraba, y el sexo eliminaba sus dudas.
Sí, estaba decidida. Pero él no paraba de decirle que se dejase de estupideces. Que actuaba como una cría.
Ella seguía quedando con hombres a solas. Se iba de marcha con sus amigas, ligaba. Y él continuaba con esa actitud prepotente, diciéndole que era una niñata.
Y llegó el día en el que él le preguntó: ¿con cuántos tíos te has liado desde que estamos juntos?
La respuesta no importa. Un número sin importancia. Pero ella se pregunta, si lo que le dolió a él fue que no fuese sólo uno. ¿Qué le molestaba realmente? ¿No se suponía que mantenían una relación abierta? Así que realmente sientes algo por mí, dijo, sin poder evitar sentir cierta euforia por la meta conseguida.
Pero ya nada importaba, nada excepto la furia de él. Una furia sucia, que se le enredaba en la lengua y acababa en las lágrimas de ella.
Eres una zorra. ¿Cómo has podido hacerme esto?
Y ella no lo entiende. Sólo follaba para acallar sus sentimiendos, follaba a cada oportunidad que se le presentaba. Pero follaba pensando en él, y ninguno lo hacía como él. Follaba para él, para el único, para que la quisiese.
Y ahora sabe que la quiere, pero ya no folla con otros. Cada vez que él la llama puta, ella llora de frustración, y limpia su frustración fregando platos.
Cuando él la llama zorra, ella le hace la cama, dobla la ropa de su armario, limpia su alfombra.
¿Cuántas mujeres habrán calmado su dolor así, piensa?
Se siente tan culpable...guarda como tesoros esos pequeños gestos de cariño, esas tardes sin hacer nada, fumando y ebbiendo café, mientras él la hace reír. Guarda eso con un amor sin nombre. Cuando él la desprecia...friega, limpia su frustración.
Al principio, él también le echaba la bronca por limpiar. Pero ella siguió, y él dejó de incriminarla...al menos por eso.
Con el tiempo, ella limpiaba de foma obsesiva. Pero limpiando, purgaba sus males. Ponía música, cantaba, se desahogaba.
De vez en cuando, se derrumbaba su mundo (de cimientos débiles) y la cruda realidad la golpeaba. Pero no decía nada, y él la besaba, o cerraba la puerta del cuarto y la miraba, y el sexo eliminaba sus dudas.
domingo, 18 de julio de 2010
Los hombres y el porno
No hay hombre en este mundo que no haya consumido porno. Ni se avergüenzan de ello ni tienen que hacerlo.
De hecho, se jactan de ello, y es bastante divertido ( e imposible de evitar, alguna vez tiene que surgir) escuchar conversaciones técnicas acerca de actrices y pelis.
Pero de lo que va este post es de la frase típica de que : "Ojalá mi vida fuera como una peli porno", "ojalá todas las tías fueran unas zorras" y todas sus variantes.
Pues bien, parece ser que, para no variar, es absolutamente de boquilla.
He vivido, personalmente y ajenamente, tantas oportunidades eróticas desaprovechadas, que lo flipo en colores.
Recuerdo una conversación con mi primer novio, cuando aún no estábamos juntos, muy prometedora. Iba sobre secuestros. Desgraciadamente, me temo que sólo actuaba mi mente calenturienta, porque cuando le pregunté qué me haría si me tuviese a su merced, dijo: No lo sé, no me lo había planteado.
Claro que ese tío era lo peor. Recuerdo otra conversación en la que el tono estaba subidito, y le estaba diciendo que quedásemos en mi casa, que iba a ser muy divertido. Y el tipo me cortó el rollo diciendo: Bueno, dejémoslo que esta conversación está subiendo de tono. Punto número uno: ¿y qué? Punto número dos: Pues yo llevo cachonda un rato, y a ti ¿te parece que sube ahora?
Muy interesante (para mí, él ni lo captó) un momento también hablando con un tío en el que me dijo que estaba desnudo a punto de entrar a la ducha. A mí casi me da un pasmo, y solté un estertor muy prometedor para muchos hombres, seguido de un "muy interesante...", pero a cambio recibí un "bueno, hasta luego, voy a ducharme".
Bueno, realmente éstas son anécdotas sin importancia. Porque lo peor es si provocas hasta el extremo, y encima no te hacen ni caso. Esta es una puntilla que le cedo a la Señorita B.:
Mi mayor insinuación a un tío en mi vida fue un fracaso.Si estoy duchándome y le suelto comentarios para picarlo y que se una, y el muy lerdo no los pilla (o es muy tímido para ello), pues nada, una tendrá que hacerlo, pensé. Encima, él me reta a ello, pero después me suelta: ¿qué, te vas a meter al final?. Y yo le digo: buag, ¿quieres que lo haga?
Y se mete en la ducha. Yo frustradísima, desisto, pero con un calentón del quince, intento otra.
Me planto un tanga y su sudadera con cremallera, y cuando sale de la ducha en toalla le abro la puerta y entro.
Me planto en el lavabo, bajándome un poco la cremallera, y poniendo cara de zorrón. A esto, que suena una canción que me encanta y me acerco a él bailoteando muy sexy. Y el tío la quita y me dice que me estoy distrayendo.
Me cortó todo el rollo, y empecé a picarle diciendo que era muy tímido, que no tenía lo que hay que tener... total que se va ofendido del cuarto de baño a su cuarto.
Me quedo plantada en el baño, y, cómo no, yo seguía aún más excitada porque me había cortado más veces. Me dije: "tengo que ponerme más interesante". Mi cara, he de decir, que ya era un poema y ni la mismísima Megan Fox la tiene normalmente, y eso ya es un decir...pues le sigo insinuando que si no ve las indirectas y que es muy torpe, me tumbo en su cama y me bajo toda la cremallera. Más claro el agua.
Pues no, el niño se pone a mi lado mirando a la pared ofendido.
Y yo decido presionarle a lo bestia, ya pensando en mi victoria super decidida. Me planto encima suyo, susurrándole en el oído y mordiéndole la oreja y el cuello. Le dije que se diese la vuelta, que iba a disfrutar más que nunca, que estaba dispuesta a todo esa noche...
Su respuesta puesss un careto de sufrimiento y un hosco gruñido.
Yo ya con ojos en blanco me deslizo suavemente hacia abajo con la voz más insinuante que pude.
Le dije que se diera la vuelta o me era imposible hacerle pasar un buen rato de verdad. Tú me dirás, si él estaba mirando para la pared de lado, me era imposible maniobrar, porque a la niña del exorcista no he llegado.
Viendo que este individuo no colaboraba, me dispuse a jugar sucio, y empecé a morderle la cadera y bajarle el boxer...
Dios, pensé, si esto no lo pilla ya es subnormal. Vi que estaba cediendo terreno y se estaba animando, pero para mi desconcierto, me apartaba y se subía el boxer; y yo seguí a lo mío diciéndole que no se hiciera más el duro y cediese, que no se iba a arrepentir que estaba dispuesta no precisamente a morderle...
Pues él el se da la vuelta. Yo ya ilusionada y todo, ¡lo había logrado!
Pero chof, fracaso. Se levanta y se pira. Pero por dios, qué tenía que hacer ya, ¿violarle? Pues nada, su respuesta fue que no le había insistido lo suficiente. Pero, ¿se puede ser más zopenco?
Y como postdata, sólo he tenido una experiencia porno en mi vida, pero ni siquiera fue por mi iniciativa. Llegué a mi casa a las 4 de la mañana, más o menos. Fui a la cocina, porque tenía hambre, y empecé a comisquear una barrita de cereales de camino a mi cuarto. Abrí la puerta, encendí la luz y me encontré a un amigo de mi compañero de piso con el que sólo había tonteado levemente, tumbado en mi cama, en calzoncillos, esperándome.
Me quedé a cuadros. Fui al cuarto de baño, me puse el pijama, me acosté a su lado, apagué la luz, y el resto ya os lo podéis imaginar...
martes, 13 de julio de 2010
Cansada de besar sapos
Meditando sobre el mundo de fantasía que me rodeaba de pequeña, aquel en el que solo estaba yo y aquellas princesas con preciosos vestidos brillantes y de vaporosas faldas de vuelo, que con sus maravillosas voces cantarinas atraían a lo más preciado, un príncipe, y con él, el amor duradero, hoy lo veo de manera muy distinta y el sueño se ha complicado. La princesa ha pasado a ser una mujer independiente, con poder económico, víctima de su tarjeta de crédito; y ha sustituido el precioso vestido por un amplio armario donde hay una prenda para cada ocasión y, como no, es de marca.
¿Y qué hay del príncipe?, pues si tengo que decir algo es que la búsqueda de este se mantiene, aunque claro está ha pasado de ser solo una breve aparición de la historia, con un beso a la trama por la que gira toda la película.
Pero a este personaje le sigue una gran lista de virtudes que nunca llegan y el beso lo ha sustituido, cómo no, el sexo, y si esto falla, comedero de cabeza hasta la saciedad. Y decidimos que no es un príncipe; sólo era un sapo, y otra vez la búsqueda continúa.
Pero, ¿y si no encontramos príncipes y ya estamos cansadas de besar sapos, seremos desgraciadas de por vida?
Después de esta reflexión yo me pregunto, dónde queda el romanticismo que tanto he admirado como una boba con la boca abierta en la butaca de un cine. ¿Es que no hay nada verídico en esas princesas, no hay nada que se parezca en la realidad?
Pues no. En este mismo instante, sí puedo decir que he tenido algo en común con las princesas de mi infancia:
-En noviembre me sentí un poco Jane, conociendo al hombre mono, he de decir que era una aventura muy emocionante
-En diciembre, me envolvían las mil y una noches, y yo era Jasmin; todo eran escapadas en la noche volando a un desván; encuentros que terminaban con besos furtivos.
-En enero, me encontraba detrás de un árbol bajo la nieve, cantando que no era el que yo soñaba pero había algo nuevo en él; y mi nombre era Bella.
-En febrero, mi mirada Esmeralda se posaba en cierto capitán, mientras bailaba sensualmente muy pegadita a él.
-En marzo, todo eran dudas, como Megara negando que estaba enamorada.
-En abril, me sentía como Aurora, deseando que llegara la noche para encontrarme con él de nuevo, y revivir nuestro baile.
-En mayo, estaba bajo el mar y como Ariel, entregué mi don mas preciado a cambio de valor para estar con él y decirle cuánto le quería. Pero esta vez me temo que me convertiré en burbujas.
-En junio, si tengo que decir una, soy Blancanieves. Me había tragado la manzana que se me estaba pudriendo dentro y me llevaba consigo, pero nadie me despertaba de aquella pesadilla.
Y ahora en julio soy Pocahontas; lloro en silencio mientras veo como se aleja hacia otro mundo sin poder hacer nada para cambiarlo...
Pero, ¿Qué hay de los príncipes?
Pues lo cierto es que todavía no he conocido ha ninguno que esté dispuesto a luchar contra hechiceros, cazadores, brujas de tierra o de mar, dragones, madrastras o incluso obispos, para poder estar conmigo.
Soy yo la que está equivocada y pide mucho al querer que un hombre luche por estar conmigo y me demuestre que me quiere; y esta vez sí es de verdad y no solo para conquistarme.
Realmente creo que no es tanto, rana o besugo, príncipe azul o verde solo quiero que me quieras y que estés dispuesto a demostrarlo, ¿Por qué te es tan difícil entenderlo?
B.
¿Y qué hay del príncipe?, pues si tengo que decir algo es que la búsqueda de este se mantiene, aunque claro está ha pasado de ser solo una breve aparición de la historia, con un beso a la trama por la que gira toda la película.
Pero a este personaje le sigue una gran lista de virtudes que nunca llegan y el beso lo ha sustituido, cómo no, el sexo, y si esto falla, comedero de cabeza hasta la saciedad. Y decidimos que no es un príncipe; sólo era un sapo, y otra vez la búsqueda continúa.
Pero, ¿y si no encontramos príncipes y ya estamos cansadas de besar sapos, seremos desgraciadas de por vida?
Después de esta reflexión yo me pregunto, dónde queda el romanticismo que tanto he admirado como una boba con la boca abierta en la butaca de un cine. ¿Es que no hay nada verídico en esas princesas, no hay nada que se parezca en la realidad?
Pues no. En este mismo instante, sí puedo decir que he tenido algo en común con las princesas de mi infancia:
-En noviembre me sentí un poco Jane, conociendo al hombre mono, he de decir que era una aventura muy emocionante
-En diciembre, me envolvían las mil y una noches, y yo era Jasmin; todo eran escapadas en la noche volando a un desván; encuentros que terminaban con besos furtivos.
-En enero, me encontraba detrás de un árbol bajo la nieve, cantando que no era el que yo soñaba pero había algo nuevo en él; y mi nombre era Bella.
-En febrero, mi mirada Esmeralda se posaba en cierto capitán, mientras bailaba sensualmente muy pegadita a él.
-En marzo, todo eran dudas, como Megara negando que estaba enamorada.
-En abril, me sentía como Aurora, deseando que llegara la noche para encontrarme con él de nuevo, y revivir nuestro baile.
-En mayo, estaba bajo el mar y como Ariel, entregué mi don mas preciado a cambio de valor para estar con él y decirle cuánto le quería. Pero esta vez me temo que me convertiré en burbujas.
-En junio, si tengo que decir una, soy Blancanieves. Me había tragado la manzana que se me estaba pudriendo dentro y me llevaba consigo, pero nadie me despertaba de aquella pesadilla.
Y ahora en julio soy Pocahontas; lloro en silencio mientras veo como se aleja hacia otro mundo sin poder hacer nada para cambiarlo...
Pero, ¿Qué hay de los príncipes?
Pues lo cierto es que todavía no he conocido ha ninguno que esté dispuesto a luchar contra hechiceros, cazadores, brujas de tierra o de mar, dragones, madrastras o incluso obispos, para poder estar conmigo.
Soy yo la que está equivocada y pide mucho al querer que un hombre luche por estar conmigo y me demuestre que me quiere; y esta vez sí es de verdad y no solo para conquistarme.
Realmente creo que no es tanto, rana o besugo, príncipe azul o verde solo quiero que me quieras y que estés dispuesto a demostrarlo, ¿Por qué te es tan difícil entenderlo?
B.
lunes, 12 de julio de 2010
El Sexo, el Sexo, el Sexo.
Tengo la sensación, de que mi vida se basa en mi sexualidad. El sexo me persigue siempre; me frustra constantemente.
El sexo como represión, el sexo como liberación; pero siempre me acompaña un sentimiento de culpa que guía mi vida.
Si fantaseo sexualmente con un hombre, inmediatamente aparece la sensación de culpabilidad. Me siento sucia, me siento una obsesa. ¿Hasta qué punto es normal sentirse así? ¿Hasta qué punto el miedo a caer en un amor idílico e irreal me persigue? ¿Por qué me es más fácil acostarme con un hombre que se interesa por mí que con uno que a mi me interesa,pero genera en mí esa culpabilidad?
Quizá porque en ese hombre tengo la seguridad de gustar. Lo cual demuestra claramente la poca seguridad que tengo en mí misma. Me gusto en ciertos aspectos, me disgusto en otros; pero cuando a mí me gusta alguien lo veo lejano. Incluso si demostrase algo por mí seguría sintiendo esa barrera.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Lógicamente, la experiencias vitales me van dando un mayor conocimiento de mí misma. Las experiencias de los demás me van ayudando también. Poco a poco, el sexo va pasando de ser una frustración a ser algo implícito en mi vida. Sin embargo, mi educación me ata al sentimiento de culpabilidad que nombraba antes. Sexo y culpa, una combinación que me ha resultado insana muchos años. La sexualidad debe ser algo natural, fluido, asumido. Si te gusta alguien, no pierdes nada por querer disfrutar junto a él, aunque sea de un modo un poco superficial. Pues,¿qué hay de malo en ello? Si dos personas quieren, es lógico que se produzca.
Quizá se trate más de mi mentalidad neurótica, que de otra cosa. A todo le doy mil vueltas, frente a todo me siento insegura. Me da miedo caer en falsas esperanzas, aunque sea para algo no doloroso sentimentalmente, como el tener sexo con alguien.
Sin embargo, aunque se quiera etiquetar de algo vacío, realmente acostarte con alguien cambia tu relación con esa persona. Tener un contacto íntimo puede crear una química totalmente distina con alguien.
He de decir que en general en el momento suelo asumir de forma natural el hecho. Pero a la mañana siguiente, vuelve la culpa. Vuelvo a sentirme sucia, incómoda. Con el tiempo (aunque sean pocas horas) se desvanece esa incómoda sensación, pero ahí estuvo, aunque fuese poco tiempo.
¿Y toda esta parrafada por qué? Bueno, quizá sea más por aliviarme a mí misma que otra cosa. Es mejor sacar fuera toda tu mierda, si te la dejas dentro te pudre.
El sexo como represión, el sexo como liberación; pero siempre me acompaña un sentimiento de culpa que guía mi vida.
Si fantaseo sexualmente con un hombre, inmediatamente aparece la sensación de culpabilidad. Me siento sucia, me siento una obsesa. ¿Hasta qué punto es normal sentirse así? ¿Hasta qué punto el miedo a caer en un amor idílico e irreal me persigue? ¿Por qué me es más fácil acostarme con un hombre que se interesa por mí que con uno que a mi me interesa,pero genera en mí esa culpabilidad?
Quizá porque en ese hombre tengo la seguridad de gustar. Lo cual demuestra claramente la poca seguridad que tengo en mí misma. Me gusto en ciertos aspectos, me disgusto en otros; pero cuando a mí me gusta alguien lo veo lejano. Incluso si demostrase algo por mí seguría sintiendo esa barrera.
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Lógicamente, la experiencias vitales me van dando un mayor conocimiento de mí misma. Las experiencias de los demás me van ayudando también. Poco a poco, el sexo va pasando de ser una frustración a ser algo implícito en mi vida. Sin embargo, mi educación me ata al sentimiento de culpabilidad que nombraba antes. Sexo y culpa, una combinación que me ha resultado insana muchos años. La sexualidad debe ser algo natural, fluido, asumido. Si te gusta alguien, no pierdes nada por querer disfrutar junto a él, aunque sea de un modo un poco superficial. Pues,¿qué hay de malo en ello? Si dos personas quieren, es lógico que se produzca.
Quizá se trate más de mi mentalidad neurótica, que de otra cosa. A todo le doy mil vueltas, frente a todo me siento insegura. Me da miedo caer en falsas esperanzas, aunque sea para algo no doloroso sentimentalmente, como el tener sexo con alguien.
Sin embargo, aunque se quiera etiquetar de algo vacío, realmente acostarte con alguien cambia tu relación con esa persona. Tener un contacto íntimo puede crear una química totalmente distina con alguien.
He de decir que en general en el momento suelo asumir de forma natural el hecho. Pero a la mañana siguiente, vuelve la culpa. Vuelvo a sentirme sucia, incómoda. Con el tiempo (aunque sean pocas horas) se desvanece esa incómoda sensación, pero ahí estuvo, aunque fuese poco tiempo.
¿Y toda esta parrafada por qué? Bueno, quizá sea más por aliviarme a mí misma que otra cosa. Es mejor sacar fuera toda tu mierda, si te la dejas dentro te pudre.
domingo, 11 de julio de 2010
El Señor Correcaminos
¿Nunca os ha pasado, que habéis conocido a alguien con el que hay una atracción física, pero éste lo ha confundido con algo más serio y te ha arrastrado al desastre con un ,maldita sea, precipitado te quiero?
Como es lógico la cosa no cuaja, el por qué, pues bien, ¡no te ha dado tiempo a quererme, zopenco!, pero tú, como una idiota que ha sido vilmente engañada, le coges cariño y ¡zas, el momento fatídico! Te enamoras de él, y ahora viene lo mejor, tarde, como siempre el tío se caga porque se da cuenta de que no está enamorado de ti y se ha aburrido de la situación.
Lo cruel de esta situación es que es una cosa que ocurre muy a menudo, ya que los hombres lo repiten y repiten hasta la saciedad.
¡Haceos un favor a vosotros mismos y madurad!
Yo a este fenómeno he decidido llamarle el fenómeno del Correcaminos, gracias M, por la sugerencia, un nombre muy acertado.
El por qué de este nombre, pues bien: os contaré la historia de el auténtico y genuino Correcaminos.
Si mi memoria no me falla, la cosa pasó así:
Un día como otro cualquiera, conocí por una presentación un poco planeada y a traición de una amiga, a este curioso hombre, único en la especie, se escondía agazapado detrás de una barra acechando a su próxima víctima (yo), sus armas: una mirada profunda y seductora y la apariencia entrañable del falso buenazo, interrumpo para dar un consejo: si un día os encontráis con estas características poned pies en polvorosa chicas, pues éste dio el paso
y esa misma noche sin haber cruzado palabra, el tío me dijo de quedar por mensajes. Yo, en vez de pensar cómo coño tiene este mi móvil, como llevaba tiempo baja de moral quedé con él al día
siguiente Total, conocer a alguien nuevo, qué daño puede hacer, si no me gusta puerta.
Pues la tarde se resume en la típica conversación en su coche y después en su casa un poco de contacto algo más íntimo, sin llegar a intimar del todo.
Pasada la velada yo me había quedado con un buen sabor de boca y con ganas de volver a quedar, por fin estaba conociendo a alguien interesante. Cómo no, la siguiente semana quedamos varias veces en las que por día parecía que había transcurriendo un mes, si si no es coña, la segunda cita entre arrumacos me soltó la bomba de que estaba sintiendo cosas por mí muy intensas; claro, en mi cerebro se diparó una señal de stop, pero preferí cambiar de tema, sólo quería pasar un buen rato.
La tercera cita se atrevió a dar un paso más allá: me pidió salir en serio y decirme que le habá hecho sentir más cosas en tres días que con su ex con la que se llevó más de un año.
DIOS, me acojoné (como para no, qué me estaba contando). Le di largas y dije que nos fueramos conociendo, que después de una semanita más le diría algo. Bueno, se lo tomó como que a mí no me gustaba y que estaba jugando con él; y a tras la cuarta cita tuvimos la primera conversación intensa por teléfono. Yo me estaba quedando tan alucinada que no sabía por dónde tomármelo, al día siguiente su madre fue ingresada y estaba bastante depre y tras hablar con mi amiga y el novio que me dijeron que había llorado por mií, O.O
Decidí ir a su bar otra vez a hablar con él, con la intención de darle una oportunidad y seguir adelante conociéndolo en vez de acojonarme y salir por patas.
El viernes de esa semana el día que me habían dado mis vacaciones, tras haberlo meditado, como le sentaba tan mal eso de que me fuera de viaje una semana entera, doy el paso y le digo que quiero empezar una relación. Tras despedirse de mí, muy contento mi amiga y el novio le proponen salir esa noche los cuatro, el no se entera muy bien y dice sí como los tontos y esa noche cuando vamos a recogerlo depués del trabajo ya había quedado. Pero pensando que me iba a cabrear hace como que lo cancela para luego inventarse la excusa más idiota que he oído en mi vida; con lo que tras aguantar un cabreo monumental de mi amiga me cabreo yo también y cuando nos dejan solos le pido que me lleve a mi casa y se pire tranquilo. Pero como es el espresso decide hablar y tener la discusión que todos tenemos alguna vez, en la que todo acaba, yo lo mando a la mierda y tras un portazo en el coche me voy.
Al día siguiente estaba de un humor de perros, otra vez todas mis ilusiones se habían ido a la mierda y mi primera relación seria había durado 6 horas, pero todavía me quedaba lo mejor: el mensaje esa noche pidiendo una segunda oportunidad... madre mía, relájate chaval, no me ha dado tiempo ha echarte de menos...
Total que mi respuesta fue: me has decepcionado en una semana te vas a tener q esforzar vaya y el tio me dice que te lo pases muy bien en Madrid. En fin lo que me faltaba, encima chuleando.
¿Ahora entendéis lo de correcaminos, no? El tío había cumplido con el cliché en una semana, tiempo récord, sin duda el personaje más surrealista de mi vida sentimental, es verídico ¡lo juro!
Mi conclusión que ahora tengo una historia muy divertida de contar.
B.
Como es lógico la cosa no cuaja, el por qué, pues bien, ¡no te ha dado tiempo a quererme, zopenco!, pero tú, como una idiota que ha sido vilmente engañada, le coges cariño y ¡zas, el momento fatídico! Te enamoras de él, y ahora viene lo mejor, tarde, como siempre el tío se caga porque se da cuenta de que no está enamorado de ti y se ha aburrido de la situación.
Lo cruel de esta situación es que es una cosa que ocurre muy a menudo, ya que los hombres lo repiten y repiten hasta la saciedad.
¡Haceos un favor a vosotros mismos y madurad!
Yo a este fenómeno he decidido llamarle el fenómeno del Correcaminos, gracias M, por la sugerencia, un nombre muy acertado.
El por qué de este nombre, pues bien: os contaré la historia de el auténtico y genuino Correcaminos.
Si mi memoria no me falla, la cosa pasó así:
Un día como otro cualquiera, conocí por una presentación un poco planeada y a traición de una amiga, a este curioso hombre, único en la especie, se escondía agazapado detrás de una barra acechando a su próxima víctima (yo), sus armas: una mirada profunda y seductora y la apariencia entrañable del falso buenazo, interrumpo para dar un consejo: si un día os encontráis con estas características poned pies en polvorosa chicas, pues éste dio el paso
y esa misma noche sin haber cruzado palabra, el tío me dijo de quedar por mensajes. Yo, en vez de pensar cómo coño tiene este mi móvil, como llevaba tiempo baja de moral quedé con él al día
siguiente Total, conocer a alguien nuevo, qué daño puede hacer, si no me gusta puerta.
Pues la tarde se resume en la típica conversación en su coche y después en su casa un poco de contacto algo más íntimo, sin llegar a intimar del todo.
Pasada la velada yo me había quedado con un buen sabor de boca y con ganas de volver a quedar, por fin estaba conociendo a alguien interesante. Cómo no, la siguiente semana quedamos varias veces en las que por día parecía que había transcurriendo un mes, si si no es coña, la segunda cita entre arrumacos me soltó la bomba de que estaba sintiendo cosas por mí muy intensas; claro, en mi cerebro se diparó una señal de stop, pero preferí cambiar de tema, sólo quería pasar un buen rato.
La tercera cita se atrevió a dar un paso más allá: me pidió salir en serio y decirme que le habá hecho sentir más cosas en tres días que con su ex con la que se llevó más de un año.
DIOS, me acojoné (como para no, qué me estaba contando). Le di largas y dije que nos fueramos conociendo, que después de una semanita más le diría algo. Bueno, se lo tomó como que a mí no me gustaba y que estaba jugando con él; y a tras la cuarta cita tuvimos la primera conversación intensa por teléfono. Yo me estaba quedando tan alucinada que no sabía por dónde tomármelo, al día siguiente su madre fue ingresada y estaba bastante depre y tras hablar con mi amiga y el novio que me dijeron que había llorado por mií, O.O
Decidí ir a su bar otra vez a hablar con él, con la intención de darle una oportunidad y seguir adelante conociéndolo en vez de acojonarme y salir por patas.
El viernes de esa semana el día que me habían dado mis vacaciones, tras haberlo meditado, como le sentaba tan mal eso de que me fuera de viaje una semana entera, doy el paso y le digo que quiero empezar una relación. Tras despedirse de mí, muy contento mi amiga y el novio le proponen salir esa noche los cuatro, el no se entera muy bien y dice sí como los tontos y esa noche cuando vamos a recogerlo depués del trabajo ya había quedado. Pero pensando que me iba a cabrear hace como que lo cancela para luego inventarse la excusa más idiota que he oído en mi vida; con lo que tras aguantar un cabreo monumental de mi amiga me cabreo yo también y cuando nos dejan solos le pido que me lleve a mi casa y se pire tranquilo. Pero como es el espresso decide hablar y tener la discusión que todos tenemos alguna vez, en la que todo acaba, yo lo mando a la mierda y tras un portazo en el coche me voy.
Al día siguiente estaba de un humor de perros, otra vez todas mis ilusiones se habían ido a la mierda y mi primera relación seria había durado 6 horas, pero todavía me quedaba lo mejor: el mensaje esa noche pidiendo una segunda oportunidad... madre mía, relájate chaval, no me ha dado tiempo ha echarte de menos...
Total que mi respuesta fue: me has decepcionado en una semana te vas a tener q esforzar vaya y el tio me dice que te lo pases muy bien en Madrid. En fin lo que me faltaba, encima chuleando.
¿Ahora entendéis lo de correcaminos, no? El tío había cumplido con el cliché en una semana, tiempo récord, sin duda el personaje más surrealista de mi vida sentimental, es verídico ¡lo juro!
Mi conclusión que ahora tengo una historia muy divertida de contar.
B.
martes, 6 de julio de 2010
Caprichos
Qué palabra tan terrible. ¿Por qué a los hombres les resulta tan fácil decir te quiero? Y a la ligera, encima. Lo peor es que te insisten cuando no se lo creen ni ellos. Claro, luego la decepción se la lleva una.
El concepto de amor es muy complicado, por supuesto. Y podría explayarme sobre ello, para demostrar lo confundidos que estais.
Pero sólo puedo decir que el amor es como lo ve cada uno. Lo único que pido es más respeto a esas dos palabras. Para mí, y para muchas mujeres, son muy importantes.
Existe el falso mito de que las mujeres somos cursis, sentidas y nos ilusionamos rápido. Pues bien, estoy HARTA de encontrarme con mujeres independientes y con las cosas claras, que le dan una oportunidad a un tío y sólo encuentran ñoñerías.
La historia siempre es la misma: el tío se las camela con palabras. Al principio ella incluso le rechaza, porque no le interesa una relación. Pero él insiste, y a ella, para que nos vamos a negar, le pone bastante el tío y encima es majo (o se lo hace, peor aún).
Y entonces, ¡zas! Llega el día fatídico. El día en que te das cuenta de que podrías decirle que le quieres, y sería verdad. Pero él, que te lo decía desde el principio, y tanto te lo repetía, se da cuenta de algo.
Sí, se da cuenta de que ha perdido la ilusión, de que se ha cansado de fingir ser alguien que no es, ¡de lo QUE SEA! Y va y le dice a la pobre que ya no siente lo mismo.
Pues bien, hombres del mundo, antes de declarar vuestro amor y predicarlo, pensad un poco en el tema. ¿Realmente creeis que sentisteis algo desde el principio? ¿Tanto os cuesta distinguir atracción de enchochamiento, enchochamiento de amor?
Os voy a decir lo que os pasa: que pensais con la polla, nenes. El amor es un sentimiento mucho más profundo que TODAS las mierdas que habeis sentido con esa chica tan mona y tan maja, y que capturais a ver qué tal.
Y vuelvo a la palabra del principio: capricho. Eso es lo que sentís, no amor.
Hum , otro cliché a romper: sois todos unos malditos cursis, y jugais con sentimientos de forma caprichosa. Me parece muy triste que para ganaros a una mujer tengais que recurrir a ese tipo de estrategias. Os sorprendería la cantidad de chicas que sólo echarían un polvo con vosotros sin más, sin necesidad de que las vacileis.
El concepto de amor es muy complicado, por supuesto. Y podría explayarme sobre ello, para demostrar lo confundidos que estais.
Pero sólo puedo decir que el amor es como lo ve cada uno. Lo único que pido es más respeto a esas dos palabras. Para mí, y para muchas mujeres, son muy importantes.
Existe el falso mito de que las mujeres somos cursis, sentidas y nos ilusionamos rápido. Pues bien, estoy HARTA de encontrarme con mujeres independientes y con las cosas claras, que le dan una oportunidad a un tío y sólo encuentran ñoñerías.
La historia siempre es la misma: el tío se las camela con palabras. Al principio ella incluso le rechaza, porque no le interesa una relación. Pero él insiste, y a ella, para que nos vamos a negar, le pone bastante el tío y encima es majo (o se lo hace, peor aún).
Y entonces, ¡zas! Llega el día fatídico. El día en que te das cuenta de que podrías decirle que le quieres, y sería verdad. Pero él, que te lo decía desde el principio, y tanto te lo repetía, se da cuenta de algo.
Sí, se da cuenta de que ha perdido la ilusión, de que se ha cansado de fingir ser alguien que no es, ¡de lo QUE SEA! Y va y le dice a la pobre que ya no siente lo mismo.
Pues bien, hombres del mundo, antes de declarar vuestro amor y predicarlo, pensad un poco en el tema. ¿Realmente creeis que sentisteis algo desde el principio? ¿Tanto os cuesta distinguir atracción de enchochamiento, enchochamiento de amor?
Os voy a decir lo que os pasa: que pensais con la polla, nenes. El amor es un sentimiento mucho más profundo que TODAS las mierdas que habeis sentido con esa chica tan mona y tan maja, y que capturais a ver qué tal.
Y vuelvo a la palabra del principio: capricho. Eso es lo que sentís, no amor.
Hum , otro cliché a romper: sois todos unos malditos cursis, y jugais con sentimientos de forma caprichosa. Me parece muy triste que para ganaros a una mujer tengais que recurrir a ese tipo de estrategias. Os sorprendería la cantidad de chicas que sólo echarían un polvo con vosotros sin más, sin necesidad de que las vacileis.
lunes, 5 de julio de 2010
Yo pensaba, yo creía son hijos de la ignorancia.
A lo largo de mis 20 años he aprendido muchas cosas, y una de las principales ha sido : ¡nunca dejarme llevar por las habladurías sociales!
Si. Habéis leído bien; durante la etapa de la infancia, cuando eres un niño dulce e inocente y no sabes absolutamente nada de la vida, ésta es prácticamente fantástica.
Pero luego empieza la dichosa etapa de la adolescencia ; etapa en la cual tus amigos /as empiezan a tener la primeras curiosidades y se dejan llevar por lo bulos escritos en la Super Pop, series de televisión que implantan modas estupidas,..... ,sí, la verdad es que es muy triste, pero es una realidad de la sociedad.
Ejemplo: hablamos de la primera vez .Para empezar, antes de hablar del tema quiero hacer apéndice , que tanto chicos/as, la mayoría, por no decir el 99% de las personas, miente sobre la edad a la que comienzan a tener sus primeras relaciones sexuales; una vez dicho esto sigo con el ejemplo.
Siempre la primera vez es una mierda digan lo que digan las revistas juveniles, las películas norteamericanas donde venden una noche fantástica,..... chic@s es MENTIRAAA!!!
La primera vez se suele caracterizar por nerviosismos , no saber donde tocar , ni qué decir y desgraciadamente, como en todo, las chicas somos unas sufridoras....y sí, chicas, la primera vez suele doler...si va ser vuestra primera vez os aconsejo que sea con alguien experimentado. Así os dolerá menos, supuestamente ....porque hay tíos que mejor ...¡¡¡ ni comento!!!
Bueno, otro de los grandes bulos o mentiras que existen sobre el sexo son aquellos consejos que escriben las revistas, referidos a encontrar aquel punto INEXISTENTEEE!!!
Por ejemplo el famoso mete el dedo osea TU DEDO en el culo o ano para que quede más fino...del hombre, así éste se excitará y fomentará su punto! Vale, a esto he de decir que, chicas, no lo hagais sin preguntar antes!!
¡¡También los famosos preliminares!! CHICOSSS a nosotras también nos gustan los preliminares, y eso que pone en las revistas de que si chupas la punta del codo te pones en celo!!...es MENTIRAAAA!!!....
Otro consejo y este va para los dos: si no teneis mucha práctica, primero empezad por posturas básicas; no esteis cambiando de postura cada 5 segundos porque el sexo no es una maratón del kamasutra .
Como conclusión a todo esto, sólo he de decir que cuando practiqueis sexo lo hagais de forma segura y lo disfruteis; que no pasa nada por hablar las cosas e ir preguntando a tu pareja sobre lo que le gusta o no, pensad que os estais conociendo, y para conocerse tanto en lo personal como en lo íntimo hay que hablar y sobre todo practicar!!
Y por último no os dejeis guiar por revistas cutres que sólo dicen mentiras porque cada persona es un mundo y le gusta una cosa diferente.
Un saludo de Cris Berlin ;)
Si. Habéis leído bien; durante la etapa de la infancia, cuando eres un niño dulce e inocente y no sabes absolutamente nada de la vida, ésta es prácticamente fantástica.
Pero luego empieza la dichosa etapa de la adolescencia ; etapa en la cual tus amigos /as empiezan a tener la primeras curiosidades y se dejan llevar por lo bulos escritos en la Super Pop, series de televisión que implantan modas estupidas,..... ,sí, la verdad es que es muy triste, pero es una realidad de la sociedad.
Ejemplo: hablamos de la primera vez .Para empezar, antes de hablar del tema quiero hacer apéndice , que tanto chicos/as, la mayoría, por no decir el 99% de las personas, miente sobre la edad a la que comienzan a tener sus primeras relaciones sexuales; una vez dicho esto sigo con el ejemplo.
Siempre la primera vez es una mierda digan lo que digan las revistas juveniles, las películas norteamericanas donde venden una noche fantástica,..... chic@s es MENTIRAAA!!!
La primera vez se suele caracterizar por nerviosismos , no saber donde tocar , ni qué decir y desgraciadamente, como en todo, las chicas somos unas sufridoras....y sí, chicas, la primera vez suele doler...si va ser vuestra primera vez os aconsejo que sea con alguien experimentado. Así os dolerá menos, supuestamente ....porque hay tíos que mejor ...¡¡¡ ni comento!!!
Bueno, otro de los grandes bulos o mentiras que existen sobre el sexo son aquellos consejos que escriben las revistas, referidos a encontrar aquel punto INEXISTENTEEE!!!
Por ejemplo el famoso mete el dedo osea TU DEDO en el culo o ano para que quede más fino...del hombre, así éste se excitará y fomentará su punto! Vale, a esto he de decir que, chicas, no lo hagais sin preguntar antes!!
¡¡También los famosos preliminares!! CHICOSSS a nosotras también nos gustan los preliminares, y eso que pone en las revistas de que si chupas la punta del codo te pones en celo!!...es MENTIRAAAA!!!....
Otro consejo y este va para los dos: si no teneis mucha práctica, primero empezad por posturas básicas; no esteis cambiando de postura cada 5 segundos porque el sexo no es una maratón del kamasutra .
Como conclusión a todo esto, sólo he de decir que cuando practiqueis sexo lo hagais de forma segura y lo disfruteis; que no pasa nada por hablar las cosas e ir preguntando a tu pareja sobre lo que le gusta o no, pensad que os estais conociendo, y para conocerse tanto en lo personal como en lo íntimo hay que hablar y sobre todo practicar!!
Y por último no os dejeis guiar por revistas cutres que sólo dicen mentiras porque cada persona es un mundo y le gusta una cosa diferente.
Un saludo de Cris Berlin ;)
domingo, 4 de julio de 2010
Y conocí a una mujer...
...que creía en el amor.
Pero no en un amor cualquiera; en un amor idílico, eterno. Un amor fuerte, de pasado dramático, presente perfecto y futuro estable.
Era una mujer que creía en la Sirenita. Basaba sus creencias en el matrimonio de sus padres.
Ellos se habían conocido muy jóvenes, habían iniciado la relación temprano. Pero los padres de él no la aceptaban; tuvieron muchos dramas familiares; la familia le hizo elegir entre ellos y ella. Como en toda telenovela, ella fue la ganadora.
Tuvieron peleas familiares muchos años hasta que parece que al fin la medio aceptaron.
En resumen, su hija soñaba con una historia igual de melodramática. Soñaba con ser una Sirenita; conocer al hombre de su vida, saber que era él en el acto; vivir una historia de amor en la que superasen las dificultades pero finalmente, acabasen juntos, por siempre.
Esto también fue una conversación. Y sí llegó a algo: a que ella me dijese, prácticamente, que era demasiado negativa y debería creer en el amor.
¿Pero quién dijo que no creyese? ¿Existe una definición clara del amor? Ni un extremo ni otro. Dos clichés, masculino y femenino, dos conversaciones opuestas.
Pero no en un amor cualquiera; en un amor idílico, eterno. Un amor fuerte, de pasado dramático, presente perfecto y futuro estable.
Era una mujer que creía en la Sirenita. Basaba sus creencias en el matrimonio de sus padres.
Ellos se habían conocido muy jóvenes, habían iniciado la relación temprano. Pero los padres de él no la aceptaban; tuvieron muchos dramas familiares; la familia le hizo elegir entre ellos y ella. Como en toda telenovela, ella fue la ganadora.
Tuvieron peleas familiares muchos años hasta que parece que al fin la medio aceptaron.
En resumen, su hija soñaba con una historia igual de melodramática. Soñaba con ser una Sirenita; conocer al hombre de su vida, saber que era él en el acto; vivir una historia de amor en la que superasen las dificultades pero finalmente, acabasen juntos, por siempre.
Esto también fue una conversación. Y sí llegó a algo: a que ella me dijese, prácticamente, que era demasiado negativa y debería creer en el amor.
¿Pero quién dijo que no creyese? ¿Existe una definición clara del amor? Ni un extremo ni otro. Dos clichés, masculino y femenino, dos conversaciones opuestas.
Conocí a un hombre...
...que afirmaba que el amor no existía. Que eran invenciones sociales.
Decía que nos venden un ideal Disney: las niñas crecen pensando en un príncipe azul, en un amor eterno.
Yo le dije: pero yo creo en el amor. Creo en su existencia; pero no creo ni en príncipes azules y en el amor eterno.
Y él, empeñado en lo suyo, tomó sólo el principio de la frase y me dijo: ¿Alguna vez has estado enamorada?
Pasados unos segundos, respondí: No.
Entonces no tienes ni idea del tema, dijo él.
¿Has estado alguna vez enamorado, tú? Le interrogué.
No, me contestó.
Se hizo el silencio. No pude reprimir una risita. Era una situación absurda.
No creo en el amor que nos venden, dije yo. Creo en el amor como algo que puede ocurrir; pero no creo que sea algo que dure para siempre. Creo que puedo enamorarme; eso es lo que creo. Y si alguien ve la Sirenita y piensa que tiene que esperar al amor de su vida, ese es su problema; yo también vi esa peli y nunca creí lo que vendía.
¿Pero de qué tipo de amor estamos hablando?, me increpó. Porque yo pienso que es un error unir amor y sexo.
La conversación estaba adquiriendo un tono más absurdo pero más interesante.
No creo en el amor sin sexo.
¡Ah! Entonces, ¿no es amor lo que sientes por tu madre, o amigos? Y no hay sexo de por medio.
No me refería a ese tipo de amor. Me refería a una pareja.
Sigo diciendo que todo sería más fácil si se separasen sexo y amor. Creo que el sexo es el que te ata a una relación y te impide disfrutar de la persona como tal, como harías si sólo fueseis amigos.
Bueno,es un punto de vista, pero el amor, pero no amor de madre o amigo, sino amor de enamoramiento, no existe sin sexo. Y de hecho sin atracción sexual no podrías sentir enamoramiento porque genera sentimientos distintos a los de el amor o cariño a secas.
Pues en mi opinión es precisamente esa atracción la que crea un equívoco.
¿Dices que el amor es un error?
Sí, el amor es un error biológico. La atracción por la persona te genera sensaciones que se malinterpretan y te atan...
-----------------------------------------------------------------------------
Conocí a una mujer...
...que creía en el amor.
Pero no en un amor cualquiera; en un amor idílico, eterno. Un amor fuerte, de pasado dramático, presente perfecto y futuro estable.
Era una mujer que creía en la Sirenita. Basaba sus creencias en el matrimonio de sus padres.
Ellos se habían conocido muy jóvenes, habían iniciado la relación temprano. Pero los padres de él no la aceptaban; tuvieron muchos dramas familiares; la familia le hizo elegir entre ellos y ella. Como en toda telenovela, ella fue la ganadora.
Tuvieron peleas familiares muchos años hasta que parece que al fin la medio aceptaron.
En resumen, su hija soñaba con una historia igual de melodramática. Soñaba con ser una Sirenita; conocer al hombre de su vida, saber que era él en el acto; vivir una historia de amor en la que superasen las dificultades pero finalmente, acabasen juntos, por siempre.
Esto también fue una conversación. Y sí llegó a algo: a que ella me dijese, prácticamente, que era demasiado negativa y debería creer en el amor.
¿Pero quién dijo que no creyese? ¿Existe una definición clara del amor? Ni un extremo ni otro. Dos clichés, masculino y femenino, dos conversaciones opuestas. ¿Algo claro? Yo sigo opinando lo mismo. Ninguno me convenció.
PS: El chico provenía de una familia rota, en la que el padre trataba muy mal a la madre.
Decía que nos venden un ideal Disney: las niñas crecen pensando en un príncipe azul, en un amor eterno.
Yo le dije: pero yo creo en el amor. Creo en su existencia; pero no creo ni en príncipes azules y en el amor eterno.
Y él, empeñado en lo suyo, tomó sólo el principio de la frase y me dijo: ¿Alguna vez has estado enamorada?
Pasados unos segundos, respondí: No.
Entonces no tienes ni idea del tema, dijo él.
¿Has estado alguna vez enamorado, tú? Le interrogué.
No, me contestó.
Se hizo el silencio. No pude reprimir una risita. Era una situación absurda.
No creo en el amor que nos venden, dije yo. Creo en el amor como algo que puede ocurrir; pero no creo que sea algo que dure para siempre. Creo que puedo enamorarme; eso es lo que creo. Y si alguien ve la Sirenita y piensa que tiene que esperar al amor de su vida, ese es su problema; yo también vi esa peli y nunca creí lo que vendía.
¿Pero de qué tipo de amor estamos hablando?, me increpó. Porque yo pienso que es un error unir amor y sexo.
La conversación estaba adquiriendo un tono más absurdo pero más interesante.
No creo en el amor sin sexo.
¡Ah! Entonces, ¿no es amor lo que sientes por tu madre, o amigos? Y no hay sexo de por medio.
No me refería a ese tipo de amor. Me refería a una pareja.
Sigo diciendo que todo sería más fácil si se separasen sexo y amor. Creo que el sexo es el que te ata a una relación y te impide disfrutar de la persona como tal, como harías si sólo fueseis amigos.
Bueno,es un punto de vista, pero el amor, pero no amor de madre o amigo, sino amor de enamoramiento, no existe sin sexo. Y de hecho sin atracción sexual no podrías sentir enamoramiento porque genera sentimientos distintos a los de el amor o cariño a secas.
Pues en mi opinión es precisamente esa atracción la que crea un equívoco.
¿Dices que el amor es un error?
Sí, el amor es un error biológico. La atracción por la persona te genera sensaciones que se malinterpretan y te atan...
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Conocí a una mujer...
...que creía en el amor.
Pero no en un amor cualquiera; en un amor idílico, eterno. Un amor fuerte, de pasado dramático, presente perfecto y futuro estable.
Era una mujer que creía en la Sirenita. Basaba sus creencias en el matrimonio de sus padres.
Ellos se habían conocido muy jóvenes, habían iniciado la relación temprano. Pero los padres de él no la aceptaban; tuvieron muchos dramas familiares; la familia le hizo elegir entre ellos y ella. Como en toda telenovela, ella fue la ganadora.
Tuvieron peleas familiares muchos años hasta que parece que al fin la medio aceptaron.
En resumen, su hija soñaba con una historia igual de melodramática. Soñaba con ser una Sirenita; conocer al hombre de su vida, saber que era él en el acto; vivir una historia de amor en la que superasen las dificultades pero finalmente, acabasen juntos, por siempre.
Esto también fue una conversación. Y sí llegó a algo: a que ella me dijese, prácticamente, que era demasiado negativa y debería creer en el amor.
¿Pero quién dijo que no creyese? ¿Existe una definición clara del amor? Ni un extremo ni otro. Dos clichés, masculino y femenino, dos conversaciones opuestas. ¿Algo claro? Yo sigo opinando lo mismo. Ninguno me convenció.
PS: El chico provenía de una familia rota, en la que el padre trataba muy mal a la madre.
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