lunes, 12 de julio de 2010

El Sexo, el Sexo, el Sexo.

Tengo la sensación, de que mi vida se basa en mi sexualidad. El sexo me persigue siempre; me frustra constantemente.
El sexo como represión, el sexo como liberación; pero siempre me acompaña un sentimiento de culpa que guía mi vida.
Si fantaseo sexualmente con un hombre, inmediatamente aparece la sensación de culpabilidad. Me siento sucia, me siento una obsesa. ¿Hasta qué punto es normal sentirse así? ¿Hasta qué punto el miedo a caer en un amor idílico e irreal me persigue? ¿Por qué me es más fácil acostarme con un hombre que se interesa por mí que con uno que a mi me interesa,pero genera en mí esa culpabilidad?
Quizá porque en ese hombre tengo la seguridad de gustar. Lo cual demuestra claramente la poca seguridad que tengo en mí misma. Me gusto en ciertos aspectos, me disgusto en otros; pero cuando a mí me gusta alguien lo veo lejano. Incluso si demostrase algo por mí seguría sintiendo esa barrera.
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Lógicamente, la experiencias vitales me van dando un mayor conocimiento de mí misma. Las experiencias de los demás me van ayudando también. Poco a poco, el sexo va pasando de ser una frustración a ser algo implícito en mi vida. Sin embargo, mi educación me ata al sentimiento de culpabilidad que nombraba antes. Sexo y culpa, una combinación que me ha resultado insana muchos años. La sexualidad debe ser algo natural, fluido, asumido. Si te gusta alguien, no pierdes nada por querer disfrutar junto a él, aunque sea de un modo un poco superficial. Pues,¿qué hay de malo en ello? Si dos personas quieren, es lógico que se produzca.
Quizá se trate más de mi mentalidad neurótica, que de otra cosa. A todo le doy mil vueltas, frente a todo me siento insegura. Me da miedo caer en falsas esperanzas, aunque sea para algo no doloroso sentimentalmente, como el tener sexo con alguien.
Sin embargo, aunque se quiera etiquetar de algo vacío, realmente acostarte con alguien cambia tu relación con esa persona. Tener un contacto íntimo puede crear una química totalmente distina con alguien.
He de decir que en general en el momento suelo asumir de forma natural el hecho. Pero a la mañana siguiente, vuelve la culpa. Vuelvo a sentirme sucia, incómoda. Con el tiempo (aunque sean pocas horas) se desvanece esa incómoda sensación, pero ahí estuvo, aunque fuese poco tiempo.
¿Y toda esta parrafada por qué? Bueno, quizá sea más por aliviarme a mí misma que otra cosa. Es mejor sacar fuera toda tu mierda, si te la dejas dentro te pudre.




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