viernes, 23 de julio de 2010

Limpiando

Quedaba constantemente con hombres. Luego, se divertía contándole anécdotas de cómo éste trató de ligar con ella, de que fue a ver una peli a casa de tal otro... de que había salido de fiesta con su ex, de que había tenido que quitarse de encima a los amigos de su ex.

Sí, estaba decidida. Pero él no paraba de decirle que se dejase de estupideces. Que actuaba como una cría.

Ella seguía quedando con hombres a solas. Se iba de marcha con sus amigas, ligaba. Y él continuaba con esa actitud prepotente, diciéndole que era una niñata.

Y llegó el día en el que él le preguntó: ¿con cuántos tíos te has liado desde que estamos juntos?

La respuesta no importa. Un número sin importancia. Pero ella se pregunta, si lo que le dolió a él fue que no fuese sólo uno. ¿Qué le molestaba realmente? ¿No se suponía que mantenían una relación abierta? Así que realmente sientes algo por mí, dijo, sin poder evitar sentir cierta euforia por la meta conseguida.

Pero ya nada importaba, nada excepto la furia de él. Una furia sucia, que se le enredaba en la lengua y acababa en las lágrimas de ella.

Eres una zorra. ¿Cómo has podido hacerme esto?

Y ella no lo entiende. Sólo follaba para acallar sus sentimiendos, follaba a cada oportunidad que se le presentaba. Pero follaba pensando en él, y ninguno lo hacía como él. Follaba para él, para el único, para que la quisiese.

Y ahora sabe que la quiere, pero ya no folla con otros. Cada vez que él la llama puta, ella llora de frustración, y limpia su frustración fregando platos.

Cuando él la llama zorra, ella le hace la cama, dobla la ropa de su armario, limpia su alfombra.

¿Cuántas mujeres habrán calmado su dolor así, piensa?

Se siente tan culpable...guarda como tesoros esos pequeños gestos de cariño, esas tardes sin hacer nada, fumando y ebbiendo café, mientras él la hace reír. Guarda eso con un amor sin nombre. Cuando él la desprecia...friega, limpia su frustración.

Al principio, él también le echaba la bronca por limpiar. Pero ella siguió, y él dejó de incriminarla...al menos por eso.

Con el tiempo, ella limpiaba de foma obsesiva. Pero limpiando, purgaba sus males. Ponía música, cantaba, se desahogaba.

De vez en cuando, se derrumbaba su mundo (de cimientos débiles) y la cruda realidad la golpeaba. Pero no decía nada, y él la besaba, o cerraba la puerta del cuarto y la miraba, y el sexo eliminaba sus dudas.






2 comentarios:

  1. Me parece precioso pero super deprimente... :(

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  2. Cada vez que él la llama puta, ella llora de frustración, y limpia su frustración fregando platos.

    He sufrido mucho en mi vida pero nunca permitiria que me llamaran P esa palabra es denigrante como tantas mas , dios quiera que todas las mujeres que son tratadas de esta manera se alejen de esta clase de hombres ....

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