¿Nunca os ha pasado, que habéis conocido a alguien con el que hay una atracción física, pero éste lo ha confundido con algo más serio y te ha arrastrado al desastre con un ,maldita sea, precipitado te quiero?
Como es lógico la cosa no cuaja, el por qué, pues bien, ¡no te ha dado tiempo a quererme, zopenco!, pero tú, como una idiota que ha sido vilmente engañada, le coges cariño y ¡zas, el momento fatídico! Te enamoras de él, y ahora viene lo mejor, tarde, como siempre el tío se caga porque se da cuenta de que no está enamorado de ti y se ha aburrido de la situación.
Lo cruel de esta situación es que es una cosa que ocurre muy a menudo, ya que los hombres lo repiten y repiten hasta la saciedad.
¡Haceos un favor a vosotros mismos y madurad!
Yo a este fenómeno he decidido llamarle el fenómeno del Correcaminos, gracias M, por la sugerencia, un nombre muy acertado.
El por qué de este nombre, pues bien: os contaré la historia de el auténtico y genuino Correcaminos.
Si mi memoria no me falla, la cosa pasó así:
Un día como otro cualquiera, conocí por una presentación un poco planeada y a traición de una amiga, a este curioso hombre, único en la especie, se escondía agazapado detrás de una barra acechando a su próxima víctima (yo), sus armas: una mirada profunda y seductora y la apariencia entrañable del falso buenazo, interrumpo para dar un consejo: si un día os encontráis con estas características poned pies en polvorosa chicas, pues éste dio el paso
y esa misma noche sin haber cruzado palabra, el tío me dijo de quedar por mensajes. Yo, en vez de pensar cómo coño tiene este mi móvil, como llevaba tiempo baja de moral quedé con él al día
siguiente Total, conocer a alguien nuevo, qué daño puede hacer, si no me gusta puerta.
Pues la tarde se resume en la típica conversación en su coche y después en su casa un poco de contacto algo más íntimo, sin llegar a intimar del todo.
Pasada la velada yo me había quedado con un buen sabor de boca y con ganas de volver a quedar, por fin estaba conociendo a alguien interesante. Cómo no, la siguiente semana quedamos varias veces en las que por día parecía que había transcurriendo un mes, si si no es coña, la segunda cita entre arrumacos me soltó la bomba de que estaba sintiendo cosas por mí muy intensas; claro, en mi cerebro se diparó una señal de stop, pero preferí cambiar de tema, sólo quería pasar un buen rato.
La tercera cita se atrevió a dar un paso más allá: me pidió salir en serio y decirme que le habá hecho sentir más cosas en tres días que con su ex con la que se llevó más de un año.
DIOS, me acojoné (como para no, qué me estaba contando). Le di largas y dije que nos fueramos conociendo, que después de una semanita más le diría algo. Bueno, se lo tomó como que a mí no me gustaba y que estaba jugando con él; y a tras la cuarta cita tuvimos la primera conversación intensa por teléfono. Yo me estaba quedando tan alucinada que no sabía por dónde tomármelo, al día siguiente su madre fue ingresada y estaba bastante depre y tras hablar con mi amiga y el novio que me dijeron que había llorado por mií, O.O
Decidí ir a su bar otra vez a hablar con él, con la intención de darle una oportunidad y seguir adelante conociéndolo en vez de acojonarme y salir por patas.
El viernes de esa semana el día que me habían dado mis vacaciones, tras haberlo meditado, como le sentaba tan mal eso de que me fuera de viaje una semana entera, doy el paso y le digo que quiero empezar una relación. Tras despedirse de mí, muy contento mi amiga y el novio le proponen salir esa noche los cuatro, el no se entera muy bien y dice sí como los tontos y esa noche cuando vamos a recogerlo depués del trabajo ya había quedado. Pero pensando que me iba a cabrear hace como que lo cancela para luego inventarse la excusa más idiota que he oído en mi vida; con lo que tras aguantar un cabreo monumental de mi amiga me cabreo yo también y cuando nos dejan solos le pido que me lleve a mi casa y se pire tranquilo. Pero como es el espresso decide hablar y tener la discusión que todos tenemos alguna vez, en la que todo acaba, yo lo mando a la mierda y tras un portazo en el coche me voy.
Al día siguiente estaba de un humor de perros, otra vez todas mis ilusiones se habían ido a la mierda y mi primera relación seria había durado 6 horas, pero todavía me quedaba lo mejor: el mensaje esa noche pidiendo una segunda oportunidad... madre mía, relájate chaval, no me ha dado tiempo ha echarte de menos...
Total que mi respuesta fue: me has decepcionado en una semana te vas a tener q esforzar vaya y el tio me dice que te lo pases muy bien en Madrid. En fin lo que me faltaba, encima chuleando.
¿Ahora entendéis lo de correcaminos, no? El tío había cumplido con el cliché en una semana, tiempo récord, sin duda el personaje más surrealista de mi vida sentimental, es verídico ¡lo juro!
Mi conclusión que ahora tengo una historia muy divertida de contar.
B.
Hace mucho que no leía esto pero he de decir que despues de unos cuatro tres o cuatro años más tarde he conocido a una versión light de este personaje,una de dos o me gustan los raritos o tengo un serio problema
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